Desde la perspectiva de la fisioterapia, la recomendación es priorizar la movilidad temprana y
la carga parcial en lugar del reposo absoluto, según el grado de impotencia funcional del
paciente. En este sentido, se debe mantener reposo relativo durante las primeras 24-48 horas,
pero luego es necesario empezar a mover la zona afectada (siempre con precaución y bajo la
orientación de un profesional), con el fin de acelerar la recuperación.
En los esguinces de primer o segundo grado, inmovilizar o escayolar la pierna resulta
contraproducente, ya que la inmovilización prolongada puede causar efectos adversos como
atrofia muscular, alteraciones en la percepción sensitiva y motora, pérdida de coordinación y
equilibrio, entre otros.
Cuando el esguince presenta una gran inflamación y derrame, el tratamiento será más
conservador.
Lo más aconsejable es iniciar la fisioterapia lo más pronto posible. Investigaciones han
demostrado que la movilización analítica favorece el fortalecimiento del ligamento y su
adecuada cicatrización. El tiempo estimado para una recuperación completa de un esguince de
primer o segundo grado varía entre 2 y 6 semanas, dependiendo de la gravedad del esguince.
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