Es fundamental tener en cuenta estas recomendaciones a lo largo del proceso de recuperación:
- Aplicar hielo durante 15-20 minutos después de cada ejercicio en todas las fases para disminuir la inflamación.
- Usar analgésicos post sesión, si es necesario.
- El avance de una fase a otra dependerá del progreso del paciente y será determinado por el traumatólogo y el fisioterapeuta.
FASE I (FASE PREOPERATORIA)
El propósito de esta fase es preparar al paciente para una recuperación óptima, enfocándose en lograr la mayor fuerza muscular y amplitud de movimiento articular antes de la cirugía. Los objetivos de esta etapa son los siguientes:
- Reducir la inflamación, el derrame y el dolor: En casos agudos, se recomienda mantener el tratamiento antiinflamatorio con medicamentos, además de la aplicación de hielo.
- Recuperar el rango de movilidad articular: Realizar los ejercicios recomendados para llegar a la cirugía con la mayor flexibilidad posible.
- Fortalecer cuádriceps e isquiotibiales: Se pueden sugerir ejercicios de fortalecimiento muscular, actividades como la bicicleta y la natación, así como el uso de TENS para aumentar el volumen muscular.
- Prepararse para el proceso postoperatorio.
FASE II: DEL ALTA A LA 2ª SEMANA
El principal objetivo en esta fase es evitar la rigidez articular. En esta etapa, es crucial:
- Reducir la inflamación articular.
- Controlar el dolor.
- Iniciar el fortalecimiento de toda la pierna.
- Lograr una extensión de 0º y una flexión máxima de 90º.
- Comenzar a preparar un patrón de marcha normalizado.
Desde el mismo día de la cirugía, empieza el proceso de cicatrización de la rodilla, por lo que es esencial evitar la formación de fibrosis y adherencias. Se recomienda mover la pierna desde el primer día de la intervención siempre que sea posible. Tras la cirugía, comienza el proceso fisiológico de inflamación postoperatoria temprana (12-36 horas). Después de este período, el dolor se vuelve más manejable y se activan los mecanismos de cicatrización en las estructuras (como la cápsula y el hueso), por lo que es fundamental iniciar con movimientos suaves de flexo-extensión dentro de las primeras 48 horas.
Aplicar hielo durante 15-20 minutos cada 3-6 horas.
A partir del cuarto o quinto día, se intensificarán los movimientos, enfocándose más en la flexión o la extensión según las necesidades del paciente. Algunos consejos son:
- Trabajar la flexión: Además de realizar flexiones al estar tumbado, levantar la pierna en la cama mientras se agarra el muslo es una forma efectiva de mejorar la flexión, aprovechando la gravedad. También se puede empujar la pierna operada con el talón de la pierna sana mientras se está sentado para aumentar la flexión.
- Trabajar la extensión: Una forma eficaz de mejorar la extensión es presionar el muslo hacia abajo mientras se apoya el talón en una mesa baja o taburete, preferiblemente realizando movimientos suaves y repetitivos para superar la resistencia.
En esta fase 2, se pueden identificar los siguientes objetivos:
Antes del alta hospitalaria
- Ejercicios isométricos para activar las fibras musculares del cuádriceps.
- Carga temprana con el apoyo de dos muletas.
- Iniciar ejercicios de flexión activa hasta 90 grados.
- Movilización activa del tobillo en flexo-extensión para mejorar la circulación sanguínea.
Después del alta hospitalaria
- Uso de órtesis y muletas.
- Carga temprana con apoyo en bipedestación a las 24 horas y caminata dentro de las 24-48 horas.
- Controlar el dolor y la inflamación con AINEs, crioterapia y TENS.
- Rango de movilidad articular: flexión activa y activa asistida de 0 a 90 grados.
- Movilización de la rótula y cuidado de la cicatriz.
- Fortalecimiento de cuádriceps con ejercicios activos y electroestimulación.
- Propiocepción: Se comienza de forma temprana en la primera semana, utilizando ejercicios en cadena cinética cerrada aprovechando el inicio del apoyo. También se pueden realizar ejercicios propioceptivos en posición de descarga. Sentado en una silla, con los pies sobre un Bosu, un disco inflable o utilizando una pelota, se intentará mover el pie hacia los dedos o hacia el suelo, tratando de evitar el movimiento de la rodilla en la medida de lo posible. También se pueden realizar movimientos laterales de la misma forma.
FASE III: Entre las semanas 2 y 8
Durante esta fase, los objetivos son los siguientes:
- Retirar órtesis y muletas.
- Trabajar el CORE.
- Realizar ejercicios en cadena cinética cerrada (bicicleta estática con resistencia suave y progresiva).
- Ejercicios en cadena abierta para cuádriceps, restringiendo los últimos 30-40 grados de extensión durante las primeras 6 semanas.
- Movilización de la rótula y continuar aumentando la flexión.
- Iniciar caminatas en cinta.
- Propiocepción: apoyo unipodal y bipodal en un plano estable.
- Al final de esta fase, se podrá conducir.
Evitar la pérdida muscular (primeras 4 semanas): Es casi inevitable la pérdida de algo de masa muscular después de la cirugía. Para minimizarla, se comienzan contracciones isométricas tan pronto como el dolor lo permita. Los músculos que no reciben señales del cerebro para moverse se atrofian rápidamente. Factores como el dolor, la inflamación y el miedo psicológico pueden reducir estas señales. En esta fase, se realizará contracciones isométricas suaves (sin mover la rodilla) tanto de cuádriceps como de isquiotibiales. Además, se trabajarán los músculos del tobillo y la cadera en contra de la gravedad, y gradualmente se avanzará a ejercicios de rodilla con sacos de arena y gomas elásticas.
La terapia TENS (Electro Estimulación Nerviosa Transcutánea) es útil para mantener la musculatura.
Evitar el dolor en la rótula (Mes 2): La atrofia del cuádriceps, especialmente el vasto medial, puede causar dolor anterior en la rodilla. Este dolor es común en cirugías de rodilla, en personas que retoman la actividad física tras un descanso prolongado, o en adolescentes (principalmente mujeres) con musculatura aún en desarrollo.
Para combatir esta atrofia, se recomienda la musculación excéntrica del cuádriceps, utilizando ejercicios de cadena cinética cerrada (con los pies en el suelo), que son más beneficiosos que las máquinas de musculación. El ejercicio más efectivo para fortalecer el cuádriceps y aliviar el dolor en la rótula son las sentadillas.
FASE IV (8-12 SEMANAS)
Los objetivos en esta fase son:
- Rango de movilidad articular activo en flexión y extensión sin apoyo de la pierna sana.
- Movilización de la rótula.
- Potenciación muscular.
- Trabajo de CORE.
- Iniciar trote, pero sin cambios de dirección ni velocidad.
- Realizar ejercicios en piscina, como caminar o natación suave, excepto estilo braza.
FASE V (12-20 SEMANAS)
Durante este período, los objetivos son:
- Rango de movilidad articular sin restricciones.
- Potenciación muscular en cadena abierta.
- Progresar en ejercicios de agilidad, cambios de ritmo y dirección, carreras laterales, saltos.
- Inicio progresivo del entrenamiento específico para el deporte habitual.
- A los 5 meses se permite montar en bicicleta levantándose del sillín, y a los 5-6 meses, comenzar a correr en cuesta.
Ejercicios propuestos:
- De pie, con ambos pies sobre un Bosu o disco inflable, con las rodillas flexionadas, realizar movimientos hacia adelante, atrás y laterales. Igualmente, con un solo pie.
- De pie, con la espalda contra un fit-ball a la altura de las lumbares, realizar una flexión de rodillas de 135º, manteniendo la posición durante 1 minuto antes de regresar lentamente a la posición inicial. Para aumentar la dificultad, se puede hacer este ejercicio con apoyo en una sola pierna.
Sentadillas o Squats: De pie, con las piernas separadas a la altura de los hombros, los pies mirando al frente, apoyando el peso de manera equilibrada en todo el pie. Mantener la espalda recta durante todo el movimiento.
Lunges: Realizar lunges frontales o pasos largos, bajando las rodillas casi al suelo en cada zancada. Lo ideal es hacer este ejercicio en un banco firme para maximizar la fuerza de las piernas.
El regreso a la actividad deportiva (como atletismo, pádel o fútbol) debe ser gradual, combinado con ejercicios de salto y propiocepción avanzados para evitar lesiones.
Los ejercicios de salto (pliométricos) combinan fuerza, movilidad articular y propiocepción, habilidades esenciales antes de correr. Si no se han trabajado adecuadamente estas habilidades, existe un mayor riesgo de lesión. En general, se permite volver a correr alrededor del mes 5-6 y retomar deportes de raqueta y pelota a partir del sexto mes. Estos ejercicios pueden combinarse con el regreso al deporte y a la competencia (pero no antes del mes 10 después de una rotura de cruzado).
FASE VI (5-6 MESES)
En esta fase, es posible regresar a la actividad deportiva si se cumplen los siguientes criterios:
- Se ha completado el programa de agilidad y entrenamiento, y se ha alcanzado un 85-90% de la fuerza del cuádriceps e isquiotibiales en comparación con la pierna contralateral.
- Rango articular completo.
- Rodilla estable.
Si tienes más dudas o quieres probar con nosotros a tratar una posible lesión, no dudas en ponerte en contacto con nosotros en info@centrovitalidade.com o llámanos al 630 56 16 65